2016년 2월 18일 목요일

Ecuatorianos amables (3)





Para vender mis postales en la calle debo buscar aquellos lugares donde hay mucha gente. En la capital de Ecuador, Quito, el lugar más concurrido es Plaza Grande. El problema es que en estos lugares muy concurridos también hay muchos agentes de policias que vigilan constantemente que no haya vendedores ambulantes y no les permiten vender. Si tengo la mercaderia apoyada en el piso enseguida vienen echarme. Si voy vendiendo mientras estoy en movimiento molestan menos. Un día mientras vendia mis postales mientras estaba caminando, trataron de echarme. Entonces las personas que caminaban por allí se empezaron a acercar donde estábamos la policia y yo, comenzaron a defenderme diciendole a la policia que yo no estaba haciendo nada malo y que me dejaran en paz. No sólo fue una sino muchas personas. Los policias que sólo cumplían con sus obligaciones se deben haber sentido muy humillados. Cada vez que vendía mis cosas debía estar atento a los policías pero esta vez me sentí muy agradecido por cómo me cuidaron todas estas personas.

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